9 de septiembre de 2011

Monopolizan empresas construcción de viviendas de interés social, alertan

Fernando Inés Carmona
Orizaba, Ver.- La cancelación de créditos para casas de interés social, con su consecuente adjudicación al Infonavit alcanza elevados índices. De cada 10 viviendas, al menos cinco de ellas no pueden ser pagadas por los beneficiados. Un factor influyente son las elevadas tasas de interés, las cuales hacen que los precios se tripliquen y se conviertan en deudas impagables.
 
El problema social que se genera por la anulación del crédito para los derechohabientes es grave, según plantea Jorge González Rojas, dirigente del Frente Unificador de Trabajadores Urbanos y Rurales Organizados (Orizaba Futuro), quien acusa que la construcción de viviendas de interés social “se monopoliza en unas cuantas empresas”.

En los promocionales del quinto informe de gobierno del presidente Felipe Calderón se presume que en su sexenio se construyó un número sin precedente de casas de interés social, “pero no dice que la construcción de viviendas de interés social y su financiamiento es un negocio de particulares y que el crédito se hace impagable por el cobro de intereses sobre intereses. En México, la construcción de viviendas de interés social ha sido monopolizada por unas cuantas compañías constructoras, que construyen este tipo de viviendas con los más bajos estándares de calidad y su construcción en serie abarata su costo”, subraya González Rojas.
 
Estas condiciones no se reflejan en su precio de venta, “con crédito bancario, estos montos toman dimensiones de deuda de una casa semi-residencial”, dijo el dirigente. Un ejemplo, explica González Rojas, “es que una casa de interés social es vendida por los monopolios constructores y los bancos en cinco veces su valor real o más, por eso muchas casas de interés social son recogidas por los corredores de crédito. Además, la falta de seguridad jurídica en el empleo hace que la deuda se vuelva impagable”. También explica que este problema no es exclusivo de la zona centro del estado, “sino que es un fenómeno que se registra en todo el país. Ésta es una política de estado”.

Por si fuera poco, a este escenario debe agregarse la pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora, que tiene acceso a este tipo de créditos de interés social. “Por ejemplo, de cada 10 créditos otorgados por el Infonavit la mitad no se puede pagar, son cancelados por ser impagables, especialmente por el alto índice de desempleo”, señala González Rojas. Además agrega que aunque los indicadores mundiales niegan una recesión económica, “lo cierto es que estamos en recesión económica, eso se refleja en la pobreza y en el desempleo, sobre todo en el crédito al consumo para subsistencia familiar”.

Estas condiciones hacen que los beneficiados por los créditos de viviendas de interés social “se declaren en moratoria de pago y esto es válido, las deudas no son delito. El sólo hecho de tener una deuda con el Infonavit no significa que no te pueden sacar sin un procedimiento judicial. Un gestor de cobranza está impedido de sacarte por la fuerza. En este país la cantidad de deudas impagables alcanza millones de personas y la vivienda no es la excepción, la mayoría de la gente desconoce sus derechos porque les aplican terrorismo legaloide en el que está al menos 75 por ciento de los créditos”, apunta el dirigente.

Esto es “un juego perverso, porque los que ofrecen el servicio de crédito, por ley deben estar asegurados contra el cobro de deudas impagables, lo están y cobran doble porque el costo real de las casas se recupera con los primeros pagos de la casa y está calculado el costo real, el seguro y los intereses, lo demás es un robo”. Comenta González Rojas. Igual expone el mecanismo con que trabajan: “primero agotan el procedimiento de cobranza para cobrar el seguro y luego venden la deuda a despachos de abogados para ver que más se pueden llevar”.

“Este ejemplo es tan sólo una parte de las condiciones sociales que se viven en el país, a un año que termine el sexenio de Felipe Calderón. Las movilizaciones sociales son el reflejo de cinco años de gobierno de Calderón. La gente no sale a las calles a manifestar su beneplácito al gobierno; al contrario, sale a manifestar su inconformidad por la falta de empleo y de oportunidades de superación.
 
Los indicadores macroeconómicos, como el equilibrio fiscal, el control de la inflación, la paridad cambiaria y la reserva de divisas, están estables, pero no están ocultos los índices de la economía real como son el empleo, el acceso a la alimentación, salud, educación, vivienda. Los spots de Calderón describen una falsa idea de la realidad”, concluye el dirigente.

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