11 de octubre de 2011

El Baldón: Sociedad y Economía. Sus amortiguadores.


Por: José Miguel Cobián
     Curiosa reflexión. Tres grandes amortiguadores sociales ha tenido México para evitar que el mal desempeño económico de los últimos gobiernos impacte en un problema social más grave de los que actualmente vivimos, sin embargo, también ha sido parte de la generación de la violencia que hoy se vive.   Si se quiere buscar culpables, además de la apatía e irresponsabilidad del pueblo de México que no le cobra las facturas del mal desempeño a sus políticos, particularmente presidente de la República, diputados (locales y federales), senadores y gobernadores, también hay que hacer responsables a los políticos, principalmente a los partidos, que tienen secuestrados los cambios legales que pueden hacer despegar este país, siempre con mezquinos fines partidistas que se han convertido en un freno para el desarrollo de todos los mexicanos.

     Cuando una economía como la mexicana no crece, pero la población sigue creciendo de manera acelerada. Los jóvenes que se integran a un mercado laboral que no ofrece suficientes plazas se convierten en un problema político y social de dimensiones inimaginables, y estas situaciones llevan generalmente a cambios violentos o pacíficos en las estructuras de gobierno de un país. 

     En México no ha sucedido así, porque hemos canalizado ese excedente de fuerza laboral en tres direcciones, todas ellas dolorosas para los mexicanos, pero que han servido gracias a nuestro ingenio natural, para amortiguar los problemas económicos generados por la falta de crecimiento y empleo.

      Hay más de doce millones de mexicanos viviendo en Estados Unidos, más del 10% de la población ha tenido que emigrar –la mayoría de manera ilegal-, buscando un mejor nivel de vida, o cuando menos un empleo, aunque sea explotado y mal remunerado. Eso por sí sólo representa ya una vergüenza para la clase política nacional.  Sobre todo, cuando más de la mitad de esos doce millones han emigrado del año 2000 a la fecha, demostrando que los gobiernos del cambio, han sido igual o peor administradores que los anteriores.

     El segundo amortiguador económico y social es el comercio informal. Tanto el ambulantaje como los tianguis y los vendedores de puerta en puerta, han venido a convertirse en una opción que mantiene a veinticinco millones de mexicanos.  Alrededor del 20% de la población nacional depende de actividades comerciales ilegales o cuando menos inseguras. Este es el origen de la tolerancia hacia el comercio informal de parte de nuestras autoridades, aunque se dedique a actividades como distribución de artículos robados, piratería, venta de artículos falsificados, venta de fayuca y sobre todo sin pagar los impuestos correspondientes, etc.  Es mejor tener a esa población ocupada y con un ingreso mínimo de subsistencia, que tenerlos en las calles protestando por la falla en las políticas económicas.  

     Curiosamente el grave problema de violencia que existe en el país, también es un amortiguador económico. Jóvenes sin ninguna esperanza en el futuro son contratados por los cárteles del crimen organizado, quienes les ofrecen un ingreso muy superior al que podrían aspirar ante la deprimida economía nacional, y por eso, resulta tan fácil para estos grupos criminales obtener reclutas a lo largo y ancho del país.  Sin embargo, este tercer amortiguador económico, se ha convertido en la serpiente que muerde su propia cola,  pues por una parte resuelve parte del problema económico de falta de empleo, generado por gobiernos ineficientes e incompetentes, pero por otro lado, genera un problema económico ante la enorme cantidad de recursos que deben aplicarse para buscar controlar al crimen organizado.

     En sociedades como la norteamericana, las redes del crimen organizado están ubicadas a lo largo y ancho de la sociedad, pero los niveles de violencia son extremadamente menores a los que vemos en México, porque allá el estímulo y la competencia para ocupar un puesto dentro de las bandas criminales es mucho menor que en México, porque existen otras posibilidades de ganarse la vida, que aunque con menor expectativa de utilidad a largo plazo, ofrecen mayor seguridad, y esto equilibra el mercado y reduce la demanda de puestos en el mercado criminal.

     En México gobiernos chambones, han propiciado también una impunidad del 98%, lo cual coadyuva conjuntamente con la falta de rendición de cuentas y una población apática que no reclama a los gobernantes su mala administración, a convertir a este país en el paraíso de la anarquía ante la absoluta ausencia de respeto a las leyes.

@jmcmex

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