4 de octubre de 2011

En este año, como en 1968, fuerzas oscuras desaparecen a la juventud

A pesar de los tiempos en que las amenazas veladas y las abiertas acorralan a nuestra juventud, ellos siempre tendrán la creatividad de expresarse en lo que creen, en lo que quieren y esperan porque tal vez en el inconsciente saben que está de por medio su futuro y que ellos, los que cursan las distintas carreras en turnos vespertinos en los campus universitarios, también están expuestos en estos difíciles tiempos ¦ Foto Perseo Bernal
Norma Trujillo Báez
A pesar de los tiempos en que las amenazas veladas y las abiertas acorralan a nuestra juventud, ellos siempre tendrán la creatividad de expresarse en lo que creen, en lo que quieren y esperan porque tal vez en el inconsciente saben que está de por medio su futuro y que ellos, los que cursan las distintas carreras en turnos vespertinos en los campus universitarios, también están expuestos en estos difíciles tiempos ¦ Foto Perseo Bernal

Al conmemorar el 43 aniversario de la matanza del 2 de octubre, cuando se asesinó a cerca de mil 500 estudiantes en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, alumnos de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV) recordaron que en 2011, igual que en 1968, también hay fuerzas oscuras que desaparecen a nuestra juventud frente a la omisión e incapacidad de los gobiernos con una efímera frase escrita con gis en el adoquín de la plaza Lerdo y que seguramente borrará la lluvia o las manos de empleados gubernamentales, pero quienes la leímos, la reproducimos: “1968. Morir por defender la libertad de expresión. 2011. Morir por el sólo hecho de caminar en la calle”.

En un evento ritual, en que no hubo gran presencia de estudiantes ni maestros, ni marchas, ni consignas pero sí una centena de jóvenes, niños y adultos que escribieron con gises al menos 50 mensajes en los que se leían títulos de canciones de The Beatles, John Lennon, versos de Neruda, improvisadas rimas, recuerdo a los muertos de Tlatelolco que aún siguen en el limbo del misterio y la impunidad, inocentes frases de niños con esforzada caligrafía o faltas de ortografía o temas fuera de lugar, dibujos de la hoz y martillo entrelazados, símbolo de otro muerto: el comunismo y hasta referencias al creador como el que puede traer la paz en este difícil trance.

Los jóvenes acosados este año no marcharon como en otros, no sólo por las veladas amenazas del crimen organizado y de la cifras reconocidas por la Procuraduría General de Justicia (PGJ), que en los últimos 10 años en Veracruz han desaparecido 5 mil 231 mujeres y niñas, ni sólo por temor a que les aplicaran la reforma al artículo 377 del Código Penal del Estado por incitar la “perturbación del orden público”, sino por las denuncias que interpusieron autotransportistas y dueños de tiendas de conveniencia en su pasada protesta por el aumento al transporte, pero una frase de gis amarillo contrastaba la negrura de la piedra: “No olvidamos ni perdonamos los muertos del 68 ni de 2011”.

Pero ello no fue obstáculo para que se recordara por medio de mensaje de gis multicolores en el piso de la plaza Lerdo, algunas veces alrededor de siluetas de cuerpos de pequeños, grandes, hombres y mujeres, casas: “Si tengo paz, no necesito más”; “Yo quiero vivir en un lugar, libre de violencia para jugar”; “La paz es como la vida que te dieron, cuídala”, “Todos tenemos derecho a vivir en paz”, “Podrán borrarlo del piso pero no de la memoria”.

Otros más fueron: “El único problema del hombre es la responsabilidad”; “Los niños en Xalapa no se tocan”; “La paz empieza en el hogar”. Los mensajes de paz y de política: “México creo en ti, pero sin el PAN ni el PRI”; “No al terrorismo de Estado”; “No es una guerra pero son mis muertos”. Y hasta los títulos de las ya cuarentonas canciones de esa época: “All you need is love” e “Imagine”.

Los más inspirados fueron: “Podrán cortar las flores, pero no la primavera. Pablo Neruda”; “Si cambiaran las armas por instrumentos, todos seríamos músicos”; “No es justo que tengas que morir para ser libre”; “Hay heridas que ni el tiempo ni los medios ocultarán”. Algunos otros mensajes que se adivinaban infantiles fueron: “La paz es amor a mis 6 años”, “Casa de Alexa y de Abi”.

Sin embargo, a pesar de los tiempos en que las amenazas veladas y las abiertas acorralan a nuestra juventud, ellos siempre tendrán la creatividad de expresarse en lo que creen, en lo que quieren y esperan porque tal vez en el inconsciente saben que está de por medio su futuro y que ellos, los que cursan las distintas carreras en el turnos vespertinos en los campus universitarios, también están expuestos en estos difíciles tiempos.

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