FERNANDO INÉS CARMONA
Tequila,
Ver.- Los alcaldes y diputados electos en la jornada del 7 de julio “carecen de
legitimidad. No tiene representación ciudadana”, la escasa participación en las
urnas los convierte en autoridades electas “por una gran minoría”, considera
Isidro Tehuintle, dirigente de la Organización Indígena Náhuatl de la Sierra de
Zongolica (OINSZ).
Isidro
Tehuintle identifica que el proceso electoral “tuvo los vicios de siempre, en
el que se aplicaron las viejas prácticas para favorecer a los cacicazgos -sin
importar partido- que ya se crearon en cada una de las regiones de la sierra de
Zongolica. Aquí en la sierra los candidatos que ganaron fueron representantes
de los monopolios sociales que ya se crearon en la zona. Si vemos la cantidad
de votos que obtuvieron los ganadores -tanto a las alcaldías como al Congreso-
nos damos cuenta que fueron electos por una minoría que no representa el sentir
de cada uno de los municipios. La participación de los ciudadanos fue mínima y
por lo tanto ellos no cuentan con ninguna representación ciudadana, ya que sólo
pelearon por sus intereses”.
“Aquí
hay falta de legitimidad de los ganadores. El que ganó fue el abstencionismo y
los candidatos que ganaron sólo van a defender los intereses de los grupos de
poder económico que los impusieron. Hoy los procesos electorales se
convirtieron en un negocio familiar y es un hecho que ninguno de los partidos que
participaron y ganaron la elección pueden llamarse triunfadores y tampoco
pueden llamarse autoridades legítimas”.
Los que
no votaron dejaron en claro que hay un gran hartazgo de los partidos políticos
y de que ahora los alcaldes se convirtieron en caciques de sus pueblos. En
muchos de ellos fueron ellos los que impusieron candidatos dentro de sus
partidos y “si no lo lograban se fueron con otros partidos”.
Los que
no votaron “pusieron el ejemplo. Ahora exhortaremos a la gente a que no vote y
todo esto es como una manera de protesta, por los atropellos por los que somos
objeto y cada vez es más la gente que se convence que con esta supuesta
democracia unos se hacen más ricos y otros más pobres”.
Se
intentará entablar una mesa de negociaciones con otras organizaciones no
gubernamentales para crear un frente nacional que analice el estado en que se
encuentra el país, pero sobre todo la pobreza de las comunidades indígenas y
con ello se exijan respuestas prontas y reales a las necesidades que existen en
ellas. No se trata de darle el voto a un partido político “sino que en verdad
se agilicen las respuestas, pero obligarlos a que asuma su responsabilidad con
los pueblos indígenas”.
Esa es
la forma en la que podemos exigirle a la autoridad que gane la elección a que
responda, “porque de otra forma seguiremos teniendo presidentes municipales o
diputados -locales y federales- con un dejo de ilegitimidad debido a que es la
minoría la que los elije y no la mayoría de los votantes”.
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