18 de julio de 2013

LA ARROGANCIA DE CAMACHO

DAVID VARONA FUENTES
CESAR CAMACHO QUIROZ
Estrena  PRI carro nuevo.
Lo compró el dirigente nacional, César Camacho Quiroz, en los comicios locales del pasado 7 de julio efectuados en 14 estados del país.
Se ignora todavía qué marca y modelo sea y si vale la pena que el mexiquense ande haciendo alardes de presunción y arrogancia.
Si el carro nuevo partidista de Camacho es similar que el nuevo PRI de su paisano el presidente Enrique Peña Nieto, no hay duda alguna que ese vehículo tricolor tan presumido es un fiasco, un verdadero fraude.
En campaña buscando la presidencia de la República Peña Nieto prometió un PRI, renovado, transformado y con nuevo rostro.
El 1 de diciembre de 2012, al  asumir la primera magistratura del país, insistió que  su partido se renovaría. Señaló que de la mano del PRI, estaba decidido a transformar el país sin ataduras del pasado y con la voluntad de enfrentarse y superar resistencias hasta de sus tradicionales aliados suyos, como los sindicatos.
En la 21 Asamblea Nacional, volvió a tocar el tema.
El 4 de marzo pasado, ante 10 mil militantes priístas reunidos en el moderno Centro Banamex de la ciudad de México, al ser investido y hablar como jefe máximo del PRI, el mandatario  aseguró que “en México no había intereses intocables, que el único interés que protegeré es el interés nacional”.
Las palabras del presidente incomodaron a la clase priísta.
Y no fue para menos.
En ese evento de la familia tricolor en la que Peña Nieto habló de limpiar a su partido, cómoda, placentera e impunemente estuvieron presentes ex gobernadores priístas como Ulises Ruiz de Oaxaca y Fidel Herrera, de Veracruz, señalados de cometer actos de corrupción, de haber enriquecido y acumulado fortunas incalculables al amparo del poder.
Han transcurrido más de ocho meses de la presidencia peñista.
Y el nuevo PRI no termina de llegar.
Ocho meses de promesas de saliva, de inventos sacados de la chistera para combatir el hambre, no la pobreza,  de millones de mexicanos,
También ocho largos meses en los que no terminan firmas y agregados de pactos partidistas, de acuerdos comerciales nacionales y en el extranjero, y también de anuncios mediáticos en los que se prometen  apoyos multimillonarios de la Banca de Desarrollo a las Pequeñas y Medianas Empresas del país, las PYMES.
Apenas este lunes  el mismo  rollo, al darse a conocer  el Programa de Inversiones  de este año en Infraestructura de Transporte y Comunicaciones, que asciende a 1.3 billones de pesos, de los cuales 700 mil millones, se destinarán a las telecomunicaciones.
Se ignora cuándo aterricen esos multimillonarios recursos a dicho sector, entre los que se cuentan una buena parte para los puertos de la entidad veracruzana, de los cuales los contratistas encargados de la Secretaría de Comunicaciones de Veracruz, ya se frotan las manos, por si la suerte los socorre y aterriza el billete.
En concreto, el nuevo PRI de Peña, es el mismo del pasado, con la misma gente, sus vicios y sus promesas.
Referente al carro nuevo de César Camacho:
El dirigente priísta anda echando cuetes en todo el edificio tricolor de la avenida Insurgentes de la ciudad de México.
Cuando la realidad es que no tiene nada que celebrar.
Desde el pasado proceso electoral  federal del 1 de julio, el PRI se convirtió en primera fuerza política nacional.
La gubernatura de Baja California significaba para el PRI la Joya de la Corona del calendario electoral del 7 de julio, y ésta seguirá en manos del Partido Acción Nacional, que la retuvo para una quinta edición sexenal.
Por más lengua y jarabe de pico que le aplicó el ex gobernador interino del Estado de México amenazando con incendiar el proceso llevándolo a la revisión correspondiente, la gubernatura es del candidato azul.
En cuanto a las 931 alcaldías, de los 2 mil 440 municipios del país, que estuvieron en disputa en los 14 estados de la geografía nacional,  el PRI ganó el 48 por ciento de estas.
Debe reconocerse que en  diputaciones locales al tricolor le fue mejor, al ganar el 55 por ciento de las que estuvieron en juego.
Pero lo anterior, no debe ser  sinónimo de soberbia ni de triunfalismo en el futuro del Partido Revolucionario Institucional.
Los números son fríos, el PRI triunfó y obtuvo ese “carro nuevo” gracias a que la gente no salió a votar ese 7 de julio.
La participación ciudadana fue  del 40 por ciento en la mayoría  de las entidades, aunque en algunas de éstas como Veracruz, la arrogancia los lleve al delirio de que la cifra fue del 60 por ciento.
En suma, Camacho Quiroz, no tiene qué presumir a su líder máximo Peña Nieto.
Pero quizás, lo consuela saber que su paisano que despacha en Los Pinos,  tampoco ha logrado nada en beneficio de los mexicanos durante los ocho meses de mandato presidencial.
¿O usted qué opina? 
PD. Cayó el Z 40: ¿habrá coletazo en Veracruz? 

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