26 de agosto de 2014

Día 45: DESDE EL PANAL con Maryjose Gamboa


Día 45:

¡Muchas felicidades para mi mamá FINA Y mi PAPITO por sus 46 años de matrimonio¡ Gracias por todo lo que nos han dado, por formarnos como seres humanos de bien, por los valores y principios que me inculcaron. ¡No los defraudaré!

Desde este infierno en que Javier Duarte me tiene, en el Penal de Tuxpan, a 400 kilómetros de distancia, los abrazo con toda el alma. El día que salga de esta prisión les daré este abrazo que les debo y muchos más, que no he podido darles por todo el tiempo que injustamente me han tenido tras las rejas y alejada de mi familia.

Aunque todos los días aquí parecen idénticos no lo son. Cada uno tiene sus propios retos, nada fácil sobrevivir en estas circunstancias. El día comienza antes de las 6 am. Cinco internas en cada una de las celdas, todas bañadas y al patio antes de las 7 para pasar lista. Inmediatamente después cada una a hacer lo que le toque, unas a limpiar sus celdas, otras a lavar la ropa, otras a limpiar las áreas comunes y algunas mas a trabajar en áreas de oficinas, lejos de la sección de mujeres.

Después las internas acuden a clases dos horas, primaria, secundaria, bachillerato (IVEP) y otras a algunos talleres. Finalizada la “obligación” de estudiar todas suben al siguiente pase de lista y de ahí a las 5pm la mayoría permanece en “el pueblo” donde están algunas pequeñas fondas y los negocios y las celdas de la población masculina.

700 hombres y 32 mujeres. La estadística federal aquí no aplica, 22 hombres por cada mujer, me imagino que por eso la gran mayoría tiene “novio” y pasan varias horas del día haciédose compañía o transitando por todo el reclusorio, que abarca varias hectáreas.

Cuando bajo a ver a los abogados, veo que también hay varias iglesias, por seguridad me limito a pasar por donde están los internos, pero nunca me detengo… se que también tienen varias cosas que denunciar desde luego solo ciega no me daría cuenta de lo que pasa aquí, pero temen alguna represalia, ya les contaré mas adelante. No necesitan detallarme lo que veo, se intuye.

El ambiente es “muy peligroso”, es muy tenso, nadie confía en nadie, la “ley del mas fuerte”, la “ley del mas alevoso” se respeta, y si esa así en el área de mujeres en la de hombres es mucho mas claro.

Este es el penal mas antiguo del Estado de Veracruz, lo construyó Hernàndez Ochoa. Ya ha tenido varias décadas para perfeccionar los vicios y las trampas propias de cada prisión. 

Cuentas los que lo conocían porque han estado aquí mucho tiempo, que antes de la llegada de Fidel Herrera al gobierno este se consideraba un penal “normal” pero a raíz de que el entró se volvió como todo el resto de Veracruz, un pedazo de infierno. 

Durante aquel sexenio y durante lo que va del actual la ilegalidad, la brutalidad, se volvieron cosa de todos los días. Ayer llegó una custodia que es muestra clara de la degradación, violenta, majadera, arbitraria, se dirige a nosotras las internas sin respeto, con groserías y vulgaridades y amenaza todo el tiempo con llevarnos a un lugar que se llama “papayal”. Entiendo que se trata de un sitio de castigo.

Imagino por las historias y las caras que ponen al escuchar ese nombre las internas que es un sitio donde son golpeadas y maltratadas fìsica y psicológicamente.La mujer esta, tan diminuta física y moralmente hablando, Joaquina, creo que es el mejor ejemplo de como en las cárceles de Duarte se convierte a un “delincuente” (aunque no lo sea) en un animal, que trabajo cuesta que entiendan ellas, las reclusas que los únicos derechos que tienen impedidos son los políticos, pero que no hay razón para que violen nuestros derechos humanos y nos den un trato irrespetuoso y violento.

Créanme que esta muy canija la situación aquí, entiendo que por algo Dios quiso que viniera a este infierno, no hay otra manera de comprender en toda su magnitud lo que me sucede.

No se ya ni que ni por donde. Pero no pierdo ni la fe, ni el valor, ni mucho menos las ganas de seguir luchando. Entre la podredumbre que viven las instituciones de justicia en Veracruz, creo que habrá una mujer o un hombre bueno que en algún momento no atienda el dictado de Duarte y diga que soy inocente. Creo también que el brazo corruptor de Javier Duarte no alcanzará a la justicia federal.

No pido piedad, pido justicia. No soy narcotraficante, ni asesina, ni secuestradora, ni robé dinero del gobierno como muchos de los que me tienen aquí. 

¡TUVE UN ACCIDENTE DE TRANSITO Y POR ESO ME QUIEREN METER A LA CARCEL 15 AÑOS!

P.D. Gracias Don Miguel, gracias Jorge, gracias Cuauhtemoc por venir a verme y a darme fuerza para seguir adelante.


Maryjose Gamboa

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