30 de septiembre de 2014

LOS ESCANDALOSOS

TEXTO IRREVERENTE


Por Andrés Timoteo
Los nueves meses de las gestiones municipales en la entidad han dado más sinsabores y decepciones que satisfacciones a la ciudadanía porque la mayoría de los ediles han destacado más por sus excesos que por el trabajo a favor de sus gobernados. Es el primero de los cuatro años que estarán al frente de las administraciones municipales y si bien el resultado es si no catastrófico, si es muy mediocre y algunos ya enseñaron el cobre: llegaron solo a robar.
 
En la capital del estado, el priísta Américo Zúñiga Martínez no ha podido –o más bien no ha querido- revertir la degradación de la ciudad, cada día más afeada por el abandono, el tráfico vehicular sin regularizarse, la basura acumulada en las calles y principalmente la inseguridad galopante que hicieron a la otrora “ciudad de las flores” en un sitio azaroso donde se arriesga la vida al caminar por las calles. No ha hecho nada para revertir tal situación pero si ha realizado otras cosas que han sido motivo de escandalo.
 
Por ejemplo, ¿cuál fue la primera obra pública que hizo el insulso edil ? Repavimentar la calle Zempoala donde tiene su domicilio su papá, Guillermo Zúñiga, eterno vividor del presupuesto y quien regentea el negocio denominado Universidad Popular Autónoma Veracruzana (UPAV). Demasiado obvio. El segundo caso por el que se recuerdan los primeros meses de su administración es la venta del padrón de contribuyentes del impuesto predial a la empresa Círculo de Crédito con lo que atropelló el derecho a la privacidad y resguardo de datos personales de miles de ciudadanos.
 
A los jalapeños no solo les cobrarán a lo chino su morosidad en  ese impuesto sino que esos datos podrían ser utilizados para actos ilícitos porque al conocer el numero de propiedades, valor catastral y por supuesto, la  información sobre ventas o adquisiciones de inmuebles,  los contribuyentes son una tentación para la delincuencia organizada y la desorganizada. El tercer escándalo está en puerta y es el proceso para privatizar el servicio de agua potable en Jalapa con el desmantelamiento de la paraestatal Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS)  para entregarle el negocio al corporativo brasileño Odebrecht.
 
En un comunicado emitido tras conocerse la intención privatizadora del organismo municipal, Zúñiga Martínez intentó  tomarle el pelo a los jalapeños al disfrazar con retórica sus intenciones. Dice que expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “sugieren considerar la participación de organismos no públicos sin que ello implique la privatización absoluta o total de los servicios de agua” pero en una entrevista concedida al mismo tiempo afirmó que “eso no está ni siquiera en nuestra imaginación”. Este señor ha de creer que los jalapeños son tontos.

Por si fuera poco, el cuatro escándalo que ha marcado sus nueve meses al frente del ayuntamiento es el monto de dinero que se gasta él y sus regidores en no hacer nada. Más de medio millón de pesos en los primeros siete meses, a razón de unos 80 mil pesos mensuales, es decir, 2 mil 600 pesos diarios. ¿Y cuáles son los beneficios para el contribuyente que paga esos viajes, comidas en restaurantes, boletos de avión o la gasolina?. Nada, no hay utilidad, Jalapa sigue desluciéndose.
 
Pero el insulso Zúñiga no es el único que ha sido protagonista del escándalo por sus excesos. Ahí está también el priísta Armed Cid de León, yerno de potentado fideslista Othón Porres Bueno, y quien gobierna  Fortín de las Flores. Al llegar a la alcaldía su primer decreto fue subirse el sueldo de 30 mil a 50 mil pesos bajo el argumento que el salario del presidente municipal tenía que ser de acuerdo a su categoría. Traducción: el yerno de quien financió la campaña del innombrable y la de Javier Duarte de Ochoa no podía ganar esos miserables 50 mil pesos.
 
¿Y la segunda acción importante?. Irse de vacaciones a Europa. Dejó botada la alcaldía en vacaciones de primavera y después en verano para disfrutar de días francos con toda su familia y obvio, el periplo fue facturado a las arcas municipales. Toda una ficha aunque no es el único, también el alcalde de Córdoba, el panista Tomás Ríos Bernal se elevó el salario de 78 mil a 81 mil pesos. No es una cantidad mayor pero aún así el panista gana más de dos mil pesos diarios como si en realidad lo valiera o desquitara ese sueldo.
 
En el puerto, el empresario Ramón Poo Gil simplemente no ha podido llenar el traje de su papa. Su administración de  estos nueve meses se ha distinguido por la  indolencia y el  errático nombramiento de sus colaboradores. Lo que más ha enojado a los porteños es que en lugar de que Poo se coloque de su lado cuando parecen el azote de la delincuencia, éste se haya abocado a defender la fallida estrategia de seguridad pública del duartismo y a negar la realidad.
 
Su declaración de que los robos que se suscitan en la ciudad son de “chicles y fritangas” demuestra, no la carencia de oficio político, sino su falta de respeto hacia los ciudadanos que son víctimas de la violencia. Es un edil frívolo, indolente y convenenciero. En segundo lugar, carga con la gran pifia es haber colocado como funcionario municipal plenipotenciario al decorador, Manuel Ruiz, responsable de convertir las plazas históricas de la ciudad en meras planchas de cemento, y de tener al centro histórico literalmente desquiciado.
 
Mientras tanto, el escándalo que  distingue al munícipe boqueño Miguel Ángel Yunes Márquez son sus bravatas en torno al desfalco del Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) que no pasa del ser amenazas de lengua. No ha puesto una sola denuncia penal que sustente el dicho de que está a favor de la legalidad y el deslinde de responsabilidades. El segundo es que lo pillaron los priístas supuestamente haciendo negocio con la concesión de camiones recolectores de basura a una empresa fachada, creada exprofreso en el Distrito Federal para hacer negocios con el erario municipal. Les dio cuerda para el golpeteo y no puede negar impericia pues ya fue alcalde una primera vez, más bien es soberbia, la mala consejera de los gobernantes.

Historias de escándalos similares se hilvanan en los 212 municipios, sean grandes o pequeños. Unos ediles hacen negocios fabulosos y otros más modestos pero la acción es la misma: el abuso.. Ahí está el caso de otro priísta, el alcalde de Omealca, Juan Manuel Montalvo Gómez cuya primera obra pública que inició fue nada más y nada menos que la construcción de una mansión en un terreno de diez mil metros cuadrados. Los materiales de construcción y albañiles que debieron destinarse a la infraestructura municipal están  edificando a marchas forzadas la residencia del “señor presidente”, como le gusta que lo llamen, pues la quiere estrenar en navidad.

FUENTE: NOTIVER

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