27 de octubre de 2014

LA RENUNCIA NO ALCANZA




TEXTO IRREVERENTE


Por Andrés Timoteo 


 
Se cumplió un mes de que los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, Guerrero, fueron plagiados por efectivos de la Policía Municipal de Iguala y entregados al cartel de los “Guerreros Unidos” por órdenes del alcalde perredista, José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, protegidos y protectores al mismo tiempo de dicha célula criminal. Un mes sin que los estudiantes aparezcan y de que el país están en protesta permanente.  La condena de la opinión pública nacional e internacional tiene en tela de juicio al gobierno del copetón Enrique Peña Nieto, al que se le fue por el retrete eso de que iba a “salvar a México” y confirmó el maridaje entre la delincuencia y los funcionarios públicos, sean gobernadores, alcaldes o legisladores.
 
 El jueves pasado renunció Ángel Aguirre Rivero a la gubernatura  Guerrero, se fue por la puerta de atrás pero con impunidad porque su  salida fue negociada por el corrupto grupo perredista conocido como “Los Chuchos” para que no lo lleven ante los tribunales judiciales. Esto aún cuando Aguirre tiene mucho que explicar en torno a la colusión con el narcotráfico de todas las esferas de gobierno en su entidad.  También el  fin de semana, el congreso local nombró a Rogelio Ortega Martínez como gobernador sustituto en Guerrero, algo similar a lo que se hizo en Michoacán meses a tras donde también se decidió colocar en la silla estatal a un académico, Salvador Jara, exdirector de la Universidad de San Nicolás en Michoacán en lugar del gobernante Fausto Vallejo-. Ortega Martínez fue secretario de la Universidad Autónoma de Guerrero,
 
Su nombramiento echó abajo la intención de “Los Chuchos” de manipular el relevo de emergencia, imponiendo a la secretaria de Desarrollo Económico en dicha entidad, Beatriz Mojica. Aún así, la llegada de un segundo universitario al poder estatal es un mal presagio para Veracruz, dicen los acuciosos pues  si llegan a destituir al gobernante en turno, se corre el riesgo de que se llame a un funcionario de la Universidad Veracruzana (UV) donde abundan los pillos. Imagínense a Víctor Arredondo o a Raúl Arias Lovillo de gobernadores sustitutos. ¡Sería el retorno con más poder del llamado “Cartel de las Lomas”!. O a la insulsa Sara Ladrón – el apellido asusta y muchos juran que la señora  lo honra en los hechos- dirigiendo los destinos de Veracruz.
 
Pero regresando a las cosas serías, el cambio de gobernador en Guerrero no resuelve nada, es solo una respuesta del sistema a las protestas nacionales que continuarán toda esta semana. El 5 de noviembre está convocado un paro de actividades en todas las universidades de la nación, y se espera que sea una de las movilizaciones más fuertes.  Tampoco resuelve nada porque los 43 alumnos no aparecen y el gobierno, tanto federal como estatal se encuentran estáticos, sin querer informar de su muerte por el costo político y mediático que les traerá.  Aún así, no el gobierno de Peña Nieto no se salvará del juicio, todo está en su contra porque es la inercia de un gobierno corrompido, tolerante de los delincuentes y peor aún, que permite que a nivel local se mantenga el hermanamiento con ellos.
 
SIN LEY NI GOBIERNO
 
En la entidad  veracruzana también hay  zonas sumidas en la ingobernabilidad y el botón de muestra más reciente es el municipio de Acultzingo, ubicado en la zona centro, donde el alcalde perredista, Salomón Cid Villa huyó del lugar desde el 22 de septiembre luego de haber recibido amenazas del crimen organizado. El ayuntamiento tiene un mes acéfalo pues ni el síndico, Cándido Carrillo Altamirano ni el mismo suplente del munícipe, Gildardo Martínez Vázquez quieren asumir la alcaldía. Obviamente, la rechazan porque sentarse en la silla municipal es  el riesgo de ser víctimas de la delincuencia organizada.
 
De tontos no tienen un pelo. Ambos saben que Acultzingo es tierra sin ley, abandonada por el gobierno estatal y mucho más por el federal. En los últimos días ese pequeño municipio ha registrado dos casos que retratan al Veracruz actual, sin autoridad pues su gobierno es fallido. Uno fue el desmantelamiento de un campo de entrenamiento de sicarios en el rancho San Pedro, y el otro, el plagio, tortura y asesinado del expresidente municipal, Candido Morales Andrade, también de extracción perredista, cuyo cuerpo sin vida se localizó el viernes pasado.
 
Acultzingo es el espejo de muchas regiones de Veracruz que no tienen nada que envidiarle a Guerrero en materia de violencia e ingobernabilidad.  Tampoco es el único caso de un gobierno municipal sin cabeza a causa del crimen organizado, hay varios. Por ejemplo, el 24 de junio del 2012 fue secuestrada la alcaldesa panista de Tlacojalpan, en la Cuenca del Papaloapan, Marisol Mora Cuevas y cuatro días más tarde apareció sin vida en Loma Bonita, Oaxaca.  El ayuntamiento de Tlacojalpan permaneció varios días sin titular pues todos tenían miedo de asumir la presidencia municipal ante el terror que han sembrado los grupos delictivos.
 
Otro caso es  Tampico Alto, en los límites con Tamaulipas, municipio que permaneció más de cuatro meses sin alcalde luego de la “desaparición”, en febrero del 2011, del edil Saturnino Valdez Llanos, presuntamente secuestrado por el crimen organizado junto con otros dos ayudantes.  Y hay otros ayuntamientos donde hay alcalde pero de nada sirve porque es cosa pública una supuesta colusión con los grupos criminales como los lugareños cuentan de Coatepec con su edil, Roberto Pérez, apodado “El Juanelo”.
 
En estos sitios muchos piden a gritos que la nueva policía de élite del duartismo, llamada “Fuerza Civil” se ocupe de esas regiones sin ley e ingobernables a causa de la incidencia criminal pero en palacio de gobierno hacen poco caso de tal clamor pues los nuevos policías –que presumen ser trilingües y manejar desde un triciclo hasta una nave espacial-tiene la instrucción de cuidar a dos tipos de personas: uno, al gobernante en turno y a sus funcionarios más allegados, así como sus familiares cercanos y los fraccionamientos de lujo donde viven.
 
En segundo lugar, la Fuerza Civil será encargada de garantizar la seguridad de los atletas y funcionarios extranjeros que vendrán a los  Juegos Centroamericanos y del Caribe, que en 18 días se inauguran. De esta forma, los veracruzanos pueden esperar porque aún cuando estén bajo la metralla de los delincuentes, la Fuerza Civil tiene asuntos más importantes que atender.  Pero siempre hay una esperanza. Los de Acultzingo que denuncien que están robándose los “frutsis” y los “pingüinos” y tal vez así reaccione el duartismo y les mande a los súper-policías para resguardar tan preciosos caramelos. ¿No creen?. De no funcionar esa estrategia de plano que se compren un perro para que los cuide.

FUENTE NOTIVER

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