2 de agosto de 2017

LOS GOBERLADRONES

En menos de una semana fueron detenidos dos de los exgobernadores priistas prófugos de la justicia, provenientes de estados vecinos que han visto caer dramáticamente su nivel de vida en la época reciente.

Tomás Yarrington FOTO: primeraplananoticias.mx Javier Duarte FOTO: noticieros.televisa.com

En la antigüedad, el estar dentro del servicio público era interpretado como un privilegio y un gran honor el poder ser elegido para llevar a cabo una función pública; ahora se han perdido estos valores, por lo menos eso nos han demostrado los priístas en gobiernos locales y a nivel federal. Lamentablemente esto se ha deformado por los políticos oportunistas, sin valores ni conciencia social, que se aprovechan de la posición que el pueblo de México les ha otorgado, optando por saquear las arcas del erario ya sea dejando a la gente sin tratamientos contra el cáncer como lo hizo Duarte, al dar agua destilada en vez de medicina, o peor aún, como es el caso de Yarrington simulando cuidar a la población, dando luz verde a asesinatos, secuestros y narcotráfico.

El primero en caer fue Tomás Yarrington, a quien básicamente se le acusa de delitos contra la salud por haber sido uno de los primeros narcopolíticos que ascendieron al poder ejecutivo. Fue diputado federal, presidente municipal y posteriormente gobernador donde no solo permitió, sino incentivó la proliferación del crimen organizado en su estado.

El más reciente y mediático fue Javier Duarte alias “Alex Huerta”, quien fuera hasta hace unos cuantos meses el gobernador de Veracruz y fue detenido en días recientes por la Interpol en el departamento de Sololá en Guatemala, por la comisión de delitos contra la salud y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Por lo pronto, queda pendiente la detención del otro Duarte, el de Chihuahua, quien está acusado del delito de peculado y también es perseguido por la justicia nacional e internacional.

Mucho se ha especulado sobre la detención del Duarte de Veracruz, sobre si ésta tuvo fines electorales o no, sobre si la Procuraduría General de la República se apresuró a asestar este golpe para repuntar en las elecciones del Estado de México o las locales de Veracruz, difícil de adivinar.

Lo que si resulta evidente es el apuro del gobierno federal en descalificar las declaraciones del gobernador jarocho sobre el éxito obtenido en su detención, cuando el motivo de búsqueda fueron justamente las denuncias del mandatario estatal junto con las interpuestas en su momento por la Auditoría Superior de la Federación.

Cabe destacar que la detención de estos personajes, es producto del trabajo conjunto de los gobiernos estatales actuales, la Auditoría Superior de la Federación, la Procuraduría General de la República y la Interpol; ahora que ya están fuera de circulación, lo que corresponde es formular las solicitudes de extradición tanto a Guatemala como a Italia para que estos delincuentes sean entregados a nuestro país y que la PGR integre de manera correcta las carpetas de investigación para que se sancione a los exfuncionarios sobre el cúmulo de delitos cometidos durante sus respectivas administraciones. En suma, ambos exgobernadores son rateros y asesinos, eso no es lo que merece México. 



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